Bajo la Niebla canté una melodía,
cargada de Esperanzas y dulces fantasías,
le canté al Creador y,
al mismo tiempo, en silencio le murmuré:
"Padre, eres mi protector, eres mi guía.
Permíteme Señor llevarte siempre en mis
tiernas plegarias,
en mis poesías,
en las cálidas notas de esta humilde canción
que surgen espontáneas de mi Corazón"
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