Cuando mi mirada se pierde por el extremo del Mar,
dónde el Cielo se prolonga sobre las Olas.
En el hueco de una Roca, sentada sobre Algas...
poco a poco me fundo con todo el Universo.
Es entonces que una Canción resuena a lo lejos
desde los mundos olvidados que en mi misma llevo.
Una Canción de AMOR, un Inmenso TE AMO
cuyo Eco se unirá con mis otros mañanas.
Cuando mi mirada se pierde por el extremo del desierto,
dónde el Horizonte Azulado juega con las Estrellas, aspiradas por el Cielo.
Cuando la Luna se vela no soy más que UNA con todo el Universo.
Cuando una Canción resuena desde muy lejos
desde los mundos olvidados que llevo en mi misma,
una Canción de AMOR, un Inmenso TE AMO
cuyo Eco me llevará hacia otros mañanas.
Sin embargo, esta Belleza en que se pierden mis ojos,
no reza a los locos, ciegos sin Consciencia que quisierán cambiarlo todo.
Es preciso que todos cantemos esta Canción que viene
de mundos olvidados en el fondo de nosotros mismos,
este Homenaje a la VIDA,
este Inmenso TE AMO
que sólo salvará nuestros otros mañanas.
Del montón robado: Yva Peyret
dónde el Cielo se prolonga sobre las Olas.
En el hueco de una Roca, sentada sobre Algas...
poco a poco me fundo con todo el Universo.
Es entonces que una Canción resuena a lo lejos
desde los mundos olvidados que en mi misma llevo.
Una Canción de AMOR, un Inmenso TE AMO
cuyo Eco se unirá con mis otros mañanas.
Cuando mi mirada se pierde por el extremo del desierto,
dónde el Horizonte Azulado juega con las Estrellas, aspiradas por el Cielo.
Cuando la Luna se vela no soy más que UNA con todo el Universo.
Cuando una Canción resuena desde muy lejos
desde los mundos olvidados que llevo en mi misma,
una Canción de AMOR, un Inmenso TE AMO
cuyo Eco me llevará hacia otros mañanas.
Sin embargo, esta Belleza en que se pierden mis ojos,
no reza a los locos, ciegos sin Consciencia que quisierán cambiarlo todo.
Es preciso que todos cantemos esta Canción que viene
de mundos olvidados en el fondo de nosotros mismos,
este Homenaje a la VIDA,
este Inmenso TE AMO
que sólo salvará nuestros otros mañanas.
Del montón robado: Yva Peyret
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